Wednesday, November 09, 2005

El comienzo del invierno

El comienzo del invierno.


Estimados hermanos.

Como cada año por estas fechas acostumbro acudir a las montañas más orientales de la cordillera de los Pirineos. Estas se encuentran a una altura de entre 2500 y 2900 metros.

Desde cualquiera de las cumbres acostumbro observar la paulatina relajación de la naturaleza, puesto que el otoño aquí ya hace días que ha llegado. A mis pies un colorido variado de diferentes tipos de árboles me hace disfrutar del paisaje, la suave brisa del viento hace presagiar el inminente invierno, los animales apenas se dejan notar, todavía quedan las más rezagadas; flores, setas y los pequeños insectos, en el cielo las típicas nubes de otoño (cirros, extratocirros, combinados con las neblinas de la inversión térmica).
La montaña me está dando la última oportunidad de la temporada, de encontrarme con ella, de confraternizar, y gozar plácidamente de estos momentos antes de que lleguen las primeras nevadas y lo cubran todo con un espeso manto de nieve. A partir de este momento se volverá inhóspita y peligrosa y solo circularán por ella los rebecos y las aves más audaces.

Una vez en el valle todavía estoy bajo los efectos de la paz que produce el estar en contacto con las alturas y más cerca de Dios, todo se intuye como más simple y claro.

Y ahora a sentir morriña hasta que llegue la primavera y con el deshielo me permita de nuevo volver a estar en contacto con las montañas.

Recibid un fraternal abrazo.


Jordi Selva