Thursday, May 08, 2008

Dolor por la desolacion en Birmania







La ayuda al desastre birmano topa con la geografía y el mal Gobierno
El problema de la asistencia no es llegar a Rangún, sino acceder a los lugares donde es de vital necesidad


Los primeros aviones militares tailandeses e indios llegaron el martes al aeropuerto de Rangún, cargados de ayuda y suministros para asistir a los cerca de dos millones de afectados por el ciclón de Birmania. La descarga se hizo a mano, a base de cadenas humanas. Las cajas se cargaron en los cuatro helicópteros militares que partieron hacia la región del delta del río Irrawady, donde el ciclón podría haber acabado con la vida de unas 80.000 personas, según estimaciones de expertos en Rangún.

Desastre arrocero
El delta del río Irrawady, la zona más afectada por el ciclón, produce el 65% del arroz de Birmania, que es uno de los principales productores de arroz de Asia. En los últimos años, el país había mejorado y aumentado su producción. Vecinos como Bangla Desh y Sri Lanka, reciben exportaciones de Birmania para compensar su propia escasez. El ciclón significa que Birmania no va a poder exportar ese grano con el que contaban sus vecinos, e incluso que tendrá, quizá, que importar ella misma arroz, consideran los expertos. Con las reservas globales de grano en su nivel más bajo desde hace cuarenta años y los precios del arroz multiplicados por tres desde comienzos del año, el desastre añade un pesado lastre a la frágil economía popular birmana.
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Las víctimas alcanzan los 80.000 sólo en el distrito birmano de Labutta

En el principal aeropuerto del país, no hay grúas ni aparatos para la descarga mecánica. Pero el problema de la asistencia no es llegar a Rangún, sino acceder a los lugares del país donde la ayuda es de vital necesidad.Birmania es un caso aparte en Asia. La carretera que une las dos principales ciudades del país, Rangún y Mandalay, no está asfaltada. En condiciones normales, el transporte terrestre por las mejores carreteras exige de doce a catorce horas para trayectos de 200 o 300 kilómetros. En la época de lluvias, las pistas se convierten en barrizales, los ríos se desbordan y las vías férreas se cortan. Regiones enteras del país, cuya superficie es mayor que la suma de Francia y Portugal, quedan incomunicadas.Esa realidad está complicando sobremanera las labores de asistencia a una catástrofe natural comparable por sus efectos al tsunami de 2004 y al terremoto de Pakistán de 2005, con decenas de miles de muertos, y serios peligros de epidemias para los supervivientes. La celeridad es importante para atajar esos problemas. Pero ¿cómo?.En la zona del delta del Irrawady, epicentro del ciclón, no hay más que un aeropuerto que permita el aterrizaje de aviones de carga. "Muchas de las zonas costeras más afectadas están aisladas por la inundación y el deterioro de las carreteras", explica una nota del Programa Alimentario de la ONU. "Las comunicaciones se han cortado, las carreteras son intransitables, y llevará tiempo acceder a las pequeñas poblaciones más afectadas", pronostica Richard Horsey, portavoz de la oficina de la Onu para asuntos humanitarios (OCHA) en Bangkok.Horsey dice que, "las autoridades están poniendo barcos y helicópteros a disposición del dispositivo internacional, aunque hay que hacer mucho más", porque, sumada a las dificultades, hay una realidad de mal gobierno. La muy aislacionista junta militar birmana, que desde que se dio cuenta de las dimensiones del desastre lanzó una llamada a la ayuda internacional, parece haber divido la respuesta en tres niveles; en primer lugar la ayuda de los países de la Asean, los más comprensivos con ella, en segundo lugar, la ONU, y en tercero todo los demás, incluidas onegés. La ayuda de la ONU tiene desde el martes los papeles en regla, pero el personal que debe acompañar la carga, aun esperaba ayer visados."Esperamos que el gobierno birmano comprenda los imperativos de la asistencia internacional en términos de facilitar la concesión de visados, así como para el paso de la ayuda por la aduanas", dice Rashid Jalikov director de la oficina de OCHA. "Aunque la junta acepte los equipos y suministros, los generales no ven con buenos ojos que gran cantidad de extranjeros circulen por el país" dice Win Min, un conocido observador de la oposición birmana residente en Tailandia.Sobre esa realidad actúa una politización y hostilidad mediática (la junta apenas permite la entrada de periodistas) completamente fuera de lugar en una emergencia como la actual. La junta lleva treinta años sometida a una política occidental de sanciones completamente fallida, en el sentido de que no ha logrado el más mínimo resultado en ámbitos como la democratización o el respeto a derechos humanos. Se dice que el servicio meteorológico indio avisó a Birmania de la proximidad del ciclón, pero el país carece de radares costeros para detectarlos, quizá por los embargos, y fue incapaz de prepararse. La junta birmana, la dictadura militar más longeva con 46 años en el poder, tiene un plan de reforma. Sus defectos son manifiestos, pero nadie parece haberse molestado en preguntarse si su calendario de constitución apañada y elecciones dentro de dos años, podría contener alguna perspectiva para la castigada sociedad birmana. En Birmania, un país muy rico en recursos naturales que sus corruptos generalotes dejan fuera del alcance de las compañías occidentales, ni siquiera un desastre con decenas de miles de víctimas, pone coto a la politización.
NUESTRA CONDOLENCIA Y VOLUNTAD DE QUE EN LA MEDIDA EN QUE NOS SEA POSIBLE APORTAREMOS NUESTYRO GRANITO DE ARENA PARA PODER PALIAR LAS NECESIDADES DE LAS PERSONAS AFECTADAS POR ESTA CATASTROFE.
OBCAT
PRIORATO GENERAL DE ESPAÑA
ORDEN BONARIA